Calamaro, Cafetín de Buenos Aries
De chiquilín te miraba de afuera
como a esas cosas que nunca se alcanzan...
La ñata contra el vidrio
en un azul de frío,
que solo fue después viviendo igual al mío...
Como una escuela de todas las cosas,
ya de muchacho me diste entre asombros
el cigarrillo,
la fe en mis sueños
y una esperanza de amor...
¿Cómo olvidarte en esta queja,
cafetín de Buenos Aires,
si sos lo único en la vida
que se pareció a mi vieja?
En tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas,
yo aprendí filosofía,
dados, timba y la poesía cruel
de no pensar más en mí...
Me diste en oro un puñado de amigos,
que son los mismos que alientan mis horas:
José, el de la quimera;
Marcial, que aún cree y espera;
y el flaco Abel, que se nos fue,
pero aún me guía...
Sobre tus mesas que nunca preguntan
lloré una tarde el primer desengaño;
nací a las penas,
bebí mis años
y me entregué sin luchar...
4 comentarios:
Hola, me he estado paseando por este blog y me ha parecido muy interesante, en especial el post "Nunca más". Tal vez ese post haya sido una obra de ficción, aunque espero que haya sido del corazón como dices, y solo quiero decirte que te sabes expresar muy bien, y que ojala que sigas con esta pagina.
P.S: He empezado el otro día un blog por mi mismo, si quieres date una vuelta por ahí. Si no, de todas formas gracias por leer el comentario.
Nos vemos.
holas. holas.. hermoso rescate...
ah.. hace feliz a un blogger.. saca esas molestas letritras de comprobacion..
muchas gracias a ambos
de corazón.
Hola tocaya!
te agradezco muchisimo que hayas pasado por mi blog y que hayas dejado tan lindas palabras!
gracias!
tu blog esta muy bueno y tambien las cosas que escribis!
espero que estes bien!
saludos y suerte!
=)
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