Del fuego nace y muere, de sus cenizas reencarna y con sus ideas llena el alma

sábado, 5 de abril de 2008

Cerrando Círculos- Paulo Coelho

Cerrando Círculos


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.

O cerrando puertas.

O cerrando capítulos.

Como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminas con tu trabajo? ¿Se acaba la relación? Ya no vive más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? ¿La amistad se acaba? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente revolcándote en los "porqués"; en devolver el cassette y tratar de entender porqué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, todos y todas, estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. Al terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió.

Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

No. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse.

En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres.

Suelta. El resentimiento, el prender su televisor personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de regresar... ¿a qué?, necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. Así puedes enfrentarlos ya y ahora, házlo! Si no, déjalo ir, cierra capítulos. Dite a tí mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas allá, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, tú ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo ni el entorno al que regreses será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero... cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta...Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, ¡te ayudará! definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.